Era la primera vez que en el proyecto de Gaudí íbamos a trabajar el volumen en la clase de
primero del aulario de Jérica. Hasta ese momento construimos vidrieras,
copiamos obras de Gaudí, gaudificamos casas, iglesias y otros edificios, y
otros trabajos pero siempre había sido en el plano. La verdad es que es
más fácil construir elementos planos que en tres dimensiones. Pero tenía muchas
ganas de empezar a trabajar en tres dimensiones ya que creo que las
tres dimensiones ofrecen muchas posibilidades creativas a los alumnos
al intervenir además del sentido de la vista,
el del tacto e intuyo que precisa de un trabajo mental más intenso, o al menos
nuevo, para los niños.
La
propuesta inicial era la de jugar con piedras y plastilina dejando que los
alumnos se familiarizaran con estos materiales y construyeran lo que desearán.
Durante media hora los chicos y chicas en casi todos los casos extendían plastilina sobre la mesa y pegaban piedras,
desarrollando un trabajo en dos dimensiones. Después de treinta minutos
les propongo (No puedo aguantar más mis impulsos directivos) que construyamos con la plastilina y las
piedras una obra de Gaudí. Miramos las fotos que habían elegido como las
creaciones favoritas del autor y les
pregunto que podíamos copiar. Deciden que quieren hacer las Torres de la Sagrada Familia.
Las iniciativas van en dos direcciones. La primera es construir las Torres
tumbadas en el suelo. Tratan de este modo de seguir en la zona cómoda
que conocen y dominan ya que en realidad siguen construyendo en dos dimensiones. Unos pocos empiezan a crear en tres
dimensiones, pero tomando como elemento esencial la plastilina a la que añaden
algunas piedras. Explico que hay que tomar a la piedra como el material
importante y la plastilina sólo es la “pasta”, la argamasa que une las piedras
y algunos niños empiezan a trabajar de ese modo. Poco a poco la idea se
extiende y hablamos de la importancia de preparar una buena base para poder
elevar las torres. Aparecen ejemplos
de buenas construcciones y las ideas y técnicas se extienden por la clase. Al
final casi todos construyen una torre y la coronan con una cruz. Podíamos decir
que se ha empezado a disponer de una
teoría sobre lo que hay que hacer para poder levantar una torre y que
se extiende entre las mesas como la pólvora. El próximo día partiendo de
lo que ya sabemos, experimentaremos con estos materiales tratando de
elevar construcciones más altas, o quizás propongan imitar otras
obras de nuestro autor o bien introduzcamos otros materiales como palitos,
piedras de otros colores y texturas o arcilla.
Por cierto tenemos a la venta veintiuna cajas de Trabajos Manuales
que dejaríamos a muy buen precio si alguien está interesado.
Hola Manuel, me ha encantado los trabrajo de l@s niñ@s. Creo que me lo copiaré-
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